domingo, 11 de noviembre de 2007

Educación parapolicial


La comunidad universitaria de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales se sintió ofuscada al develarse que entre el estudiantado habrían varios efectivos de la policía misionera, sin intensiones aparentes de terminar una carrera de grado.

“El otro día Martincito llegó a casa exaltado y me dijo: Mamá, mi compañero de facultad es policía”. Fue lo que nos contó Susana (69), madre de Martín (37), un estudiante crónico de la carrera de historia. Susana es una de las tantas madres preocupadas por el bienestar de sus hijos, que decidieron acercarse a la Facultad para exigir explicaciones.

Al parecer, los “agentes”, haciéndose pasar por estudiantes de historia, antropología, letras u otras, se habrían infiltrado en los grupos de estudiantes para obtener información sobre actividades catalogadas como “potencialmente peligrosas para la seguridad y tranquilidad de la sociedad y el orden democrático”. Los funcionarios de la policía local prefirieron no dar declaraciones al respecto, pero se rumorea que los “efectivos” estarían tratando de detectar células terroristas musulmanas, simpatizantes del Islamismo, fanáticos de Bin Laden, seguidores de lucifer, dealers militantes, vendedores de sahumerios, detractores de las cruces, contrarios a las megaconstrucciones, y amantes de la vida naturista “que odian el progreso y están en contra del asfalto y los adoquines”.

“Él siempre nos hacía preguntas, ¿qué hicimos el fin de semana? ¿Con quién estuvimos reunidos y en dónde? ¿Cuál fue la finalidad de la reunión? ¿Si consumimos “algo”? ¿Qué pensamos de la cruz de Rovira y los militares? Nos parecía raro tanto cuestionamiento, sin embargo siempre respondíamos a todo lo que preguntaba, supongo por el tono que empleaba, como autoritario. A mí siempre me dio la impresión de que en cualquier momento sacabala picana”.-Comenta entre risas estrepitosas un estudiante de letras.

Los integrantes del grupo Quebracho rápidamente hicieron eco de lo acontecido destacando que la presencia de policías infiltrados es una clara muestra de que el ’76 sigue vigente y que el pueblo misionero está sometido al poder de las armas del Estado oficialista. Aprovecharon la ocasión para responder a quienes los acusan de románticos setentistas, sectarios neuróticos, paranoicos y persecutas-“¡Le vamos a romper todo!”- aseguraron.

Para las autoridades de esta casa de “altos estudios”, lo sorprendente de la situación no sería que la policía se infiltre y persiga a profesores y estudiantes universitarios, sino la vinculación que puede llegar a existir entre el accionar de las fuerzas del orden y la ley antiterrorista sancionada por el congreso nacional. “Fiel al mandato norteamericano, seguimos enmarcados en la doctrina de la seguridad nacional, impuesta por el imperialismo seudodemocrático yanqui, con la diferencia de que ahora no se persigue el comunismo sino el “terrorismo”, es decir, el terrorismo hacia los intereses norteamericanos”- expresó una de las autoridades académicas. Además agregó-“la cuestión está en la triple frontera y en el acuífero guaraní, dentro de poco cualquier misionero que defienda sus recursos será considerado un terrorista”.

Este caso habría salido a la luz gracias a las declaraciones de uno de los policías infiltrados que se arrepintió de sus tareas y decidió terminar la carrera universitaria iniciada como pantalla para realizar las averiguaciones antes señaladas. “Luego de cursar y compartir más de un año con los chicos de la carrera de Antropología Social, ahora tengo una visión distinta de la realidad, más analítica, y sobre todo más compleja. Me di cuenta que la vida es compleja, que la sociedad es compleja, que los seres somos complejos, en fin, todo es complejo”. –señaló el ex agente ahora abocado a los libros.

Hasta el momento se descarta la posibilidad de que la facultad sea intervenida. Por su parte, el decano tuvo que salir a desmentir los rumores de un posible departamento de inteligencia funcionando de manera encubierta. “Todavía no sabemos muy bien para qué sirve la Secretaría de Asuntos Estudiantiles pero estamos seguros que no tiene nada que ver con la policía”- aclaró.

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