lunes, 18 de junio de 2007

El hijo bobo enterró la chipa


El hijo bobo enuncia

Papá noel no me trajo lo que quería en navidad.
El puto conejo de pascuas me trajo un huevo duro.
Por ello... el señor chipero es el único que nos queda
y la chipa puede más que cualquiera.
Debido a esto (baiby) defendamos juntos hermanos latinoamericanos
la identidad de nuestra chipa querida y de bajas calorías
por el bien de nuestras futuras generaciones y de nuestras sanas costumbres.

LA CHIPA AL PODER!!! carajo che.

El día de la chipa

El día de la chipa era un día como cualquier otro; día de esos carenciados de sentido, cercenados de imaginación, ligados por hilos biológicos y maquínicos a una inmensa maraña de causa-efecto. Bueno… fue ese día, de aparente normalidad, cuando un nuevo mito comenzaba a tejerse, a filtrarse por las charlas en las oficinas, en los pasillos, en los bares, en las esquinas. El mito se basaba en la supuesta manipulación científica de la chipa, es decir, se ingresaban una serie de sustancias en ella que nos hacía actuar de una determinada forma, de acuerdo con la clase dominante. Así, empezamos –lingüísticamente- a comernos las “eses” y el “ada/ado” (posáa o náa o boluó). Posteriormente aprendimos a mirar a la realidad de una única manera, veíamos selva, pomberos y cataratas por todas partes (y las reproducíamos en obras “artísticas”). Lo peor fue, dicen, que empezamos a afiliarnos a partidos políticos y a colgar afiches de gobernantes con poca altura en nuestras casuchas. Nos volvimos místicos y aficionados al positivismo. Una extraña mezcla de devoción y amor la civilización nos unía: asfaltábamos y construíamos cruces gigantescas por doquier, éstos, cuando nos cruzábamos con alguien, repetían levantando la mano al cielo: sacrificio, sangre y tierra. Hubo también quienes asfaltaron ideales y utopías, pero esa es otra historia. Todavía no podemos prever que será de nosotros los “pichados”, sólo sabemos que ese era el fatal día de la chipa que no olvidaríamos jamás nunca, porque después de ahí ya no volveríamos a ser los mismos.

Candidato chipa

El caldeado clima político misionero se revolucionó con la noticia.

“Los misioneros elegirían a sus gobernantes según su parecido con la chipa”.

Los candidatos a la gobernación de misiones proliferan como el dengue y pendientes de las próximas elecciones algunos de los postulantes más fuertes por la renovación han realizado una serie de encuestas telefónicas para conocer las preferencias del electorado misionero. Las mismas han arrojado resultados sorprendentes, los cuales ya han hecho mella en los asesores de imagen de los políticos.
La consultora oficial, asegura que los misioneros a la hora de elegir quien los dirija optan por aquel candidato con mayor parecido a la chipa de almidón que comúnmente se consume en la provincia. Para los politólogos esta información sería clave a la hora de interpretar muchos de los resultados electorales catalogados como “sumamente irracionales e inexplicables”,

Una semana antiestrés

Ahhh… la Semana Santa, ese espacio en el calendario que llega justo cuando uno está al borde de la crisis nerviosa provocada por el estrés de retomar el trabajo (y/o los estudios) y los quehaceres domésticos ligados a los rituales cotidianos, terriblemente costumbristas, del año lectivo (levantarse temprano, acostarse temprano, dejar la joda para el fin de semana, odiar el domingo y anhelar los viernes, maldecir el despertador, planchar la ropa, preparar a la pendejada para la escuela o el colegio, tomar el colectivo repleto de estudiantes a la ida y a la vuelta, etc.)
La Semana Santa llega justo a tiempo para evitar que nos suicidemos o asesinemos a nuestro jefe, compañeros de trabajo, familiares cercanos, o cualquiera que nos mire feo. Al parecer el verdadero sentido de esta festividad religiosa es justamente evitar los asesinatos, los suicidios masivos, las guerras civiles y las catástrofes sociales, políticas y culturales. Es que después de pasar cuatro días comiendo sopa paraguaya y chipas de almidón, timbeando y mirando películas viejas sobre historias bíblicas en el SNT (como Ben Hur -¡que capo Judah!-), terminamos tan hinchados y sensibilizados (y no falta el que se remoraliza y profetisa sobre el fin del mundo) que nos volvemos más tolerantes y comprensivos (al menos por un tiempo), capaces de regalar amor a cualquiera que tengamos cerca, y hasta estamos dispuestos a encarar nuestras actividades semanales con optimismo y pasión (y un empacho de puta madre después del atracón con huevos de pascuas que nos pegamos el domingo).
El almidón, el chocolate, la lotería, la loba y el chinchón se convierten en la mejor terapia antiestrés. Y a no olvidar la sangre de Cristo, ese bálsamo tinto que nos ayuda a aceptar a todas las personas, conocidas o no, como si fueran hermanos.

RENATO RUSSO: POETA, ARTISTA, HUMANO.



“Parece cocaína/pero sólo es tristeza/Talvez sea tu ciudad...”
(Tiempo perdido)

Belleza y depresión, esa mezcla tan atractiva y peligrosa era la que proponía Renato Russo en una de las bandas de Rock más importantes de América del Sur: Legiao Urbana. La legión de poesía y melancolía de las ciudades, como ya lo proponían Lou Reed y la Velvet Underground hace varias décadas estaba ahí. Legiao era hija post-parto del Punk, su ADN retrotrae hacia Aborto Eléctrico, banda formada por Russo a inicios de los oscuros ochenta en una Brasilia desfigurada por la reciente represión militar.
“Cuando nacimos, fuimos programados/ para recibir lo que ustedes
/nos empujaron con los enlatados/ de USA, de nueve a seis”
(Generación Coca-Cola.)
Legión Urbana conservó la rabia del estallido contracultural de los 60 y 70, pero a la vez la combinó con cierta dulzura lírica, no de poptimismo banal (como la mayoría de los new wavers ochentosos) sino de una búsqueda desesperada por algo de calor humano, para sobrevivir, para no rendirse aún ante la lucha de (y muchas veces contra) la vida.
“No dieron espejos / y vimos al mundo enfermo.”
(Indios)
Al llegar a la última década del siglo pasado, Legiao también se vio influenciada por el aluvión Grunge, no explícitamente en su sonido, pero si sutilmente en su lírica (y en cierta manera en su karma).
“Culpás a tus padres por todo /Eso es absurdo: son niños como vos / lo que serás cuando crezcas.” (Padres e hijos)
Sigue llamando la atención de los críticos la profundidad con la que caló a nivel popular un proyecto tan desvinculado (al menos a simple vista) de la alegria y desfachatez brasuca. En las rodas de viola (los fogones de allá) las canciones de Legiao tienen presencia cuasi obligatoria, haciendo zapping en las radios, también. Al salir a la calle varias ediciones póstumas de Russo solista o algún unplugged encajonado, las disquerías vuelven a recibir la visita de los fans legionarios.
“En las favelas, en los cerros/ basura por todos lados. / Nadie respeta la Constitución,
/ pero todos creen en el ‘futuro de la nación”. (¿Que país es este?)
Según Ciro de Ataque 77 (con dos covers grabados), Russo se dejo morir como Bela Lugossi, no queriendo luchar por seguir. Y más o menos así en octubre del 97, Russo dejaba huérfanos a una generación de legionarios, víctima en parte del virus del HIV, y también por su autoabandono, su cansancio (expresado en los últimos cds) de este complicado mundo.
“Vamos a celebrar el hambre /no tener a quien oír y nadie a quien amar
/Seguir alimentando las maldades /vamos a aplastar un corazón."
(Perfección.)
A punto de cumplirse una década, el espíritu de su poesía sigue ahí, resonando en el mito cultural de un legado, asentado en un firmamento integrado por estrellas como Cazuza (autor de “El tiempo no para”) y Raúl Seixas (el Charly García do Brasil) o Tim Maia (un Barry White cantando en portugués).
“Para ser honesto, / soy un poquito infeliz…”
(Tiza.)
Esa combinación de Eros y Thánatos (alguna vez nombrada en ‘Perfección’) tan inherente al rock visceral no pudo alejarse del arte de Legiao, como un reflejo fiel de la basura y belleza del ser humano. Talvez por eso, aún se puede encontrar sinceridad en su música. Algo que parece haber “muerto de sobredosis”, como decía Cazuza, al igual que nuestros héroes.
-URBANA LEGIO OMNIA VINCINT (La legión urbana todo lo vence).

Cine S.


Flash, zapping, ¡Boom! ¿Malvinas, muertos en semana santa, tercer día, reclamo, represión? No entiendo, se me mezclan las películas: no se si estamos ante una de las carnicerías místicas de Mel Gibson, del ‘weekend exodus’ extra large, o si es una escena descartada de Mad Max (otra vez el maldito Gibson); tampoco se si es un especial sobre los suicidados (adrede y ad-honorem) de las Facklands o simplemente otra víctima de la democracia neo-liberal y sus aparatos de vigilancia-castigo a quemarropa. Igual, aunque me expliquen, me sigue sonando a un cinta de menos de $3 en la video. ¿Un mandatario que sale disfrazado para no ser apedreado? ¿La mamá del victimario hablando sobre empatía hacia la víctima? ¿Las kabezas mudas que no saben/no contestan? Y para la tannnda, te distraés un rato con un par de loquitos ‘anarquistas’ detenidos con sus palos y piedras como si fueran activistas de la ETA, (pero del tercer mundillo nuestro, eh). Raro que a ésta no la estrenaron en el BACIFI.

Automatismo posadeño



“El almidón de mandioca sería uno de los principales causante del automatismo posadeño”.

Según un grupo de investigadores de la UNaM, el elevado consumo de almidón de mandioca generaría en los posadeños una tendencia irracional al “amontonamiento”.

Según revelaron los expertos, además de vientres abultados y sensación de hinchazón, la excesiva cantidad de almidón en el cuerpo provocaría una extraña necesidad de concurrir a sitios o lugares a los cuales “va la gente”. “Observamos una conducta en los posadeños que no era similar en otras localidades de la provincia. La gente, particularmente los jóvenes, se amontonan en los boliches, se amontonan en la costanera, se amontonan en determinados bares. Por otro lado, también es común que se amonten en las paradas de colectivos, se amontonen para subir a los colectivos, y se amontonen en los colectivos, prácticamente, sin crítica o queja alguna”- comentó uno de los investigadores con asombro y excesivo movimiento de manos.

Concientes de esto, los empresarios del transporte público habrían ideado el sistema de transporte integrado. La unificación de paradas, la disminución de frecuencias en líneas de mayor demanda y la compra de colectivos más largos (para mayor amontonamiento), serían el resultado de un estudio de mercado realizado por Don Casimiro S. A., basado en el análisis de las conductas sociales, culturales y políticas de los posadeños.

La hipótesis que manejan los investigadores es que al parecer existiría un componente químico que es liberado por el almidón al entrar en contacto y mezclarse con la manteca y el huevo. “Este componente químico afectaría la región izquierda del cerebro que es donde se generan las reacciones de protesta, resistencia social y lucha de clases, generando el automatismo y la pasividad en la gente. Este hecho explicaría como los posadeños pueden someterse al abuso y al manoseo por parte de los empresarios inescrupulosos y políticos fachos”-aclaró indignado uno de los estudiosos con barba, boina y remera del Che Guevara.

Si bien se tratan de conclusiones parciales y todavía el grueso de la investigación no se ha desarrollado, los científicos se muestran optimistas respecto de los resultados de su investigación y aseguran haber experimentado preliminarmente con ellos mismos ingiriendo grandes cantidades del alimento predilecto de las mañanas y tardes posadeñas. “En nuestra vida comimos tanta chipa. Hasta ahora probamos la Pablito, la Chipa de Oro y la Negrita, nos falta la de Santa Ana. Y siempre experimentamos el mismo fenómeno. Sentíamos unas ganas terribles de ver gente. Agarrábamos el auto y salíamos a dar vueltas sin sentido por ahí”- comentaron entre risas.

Luego de recorre los negocios de mayor popularidad en la ciudad, la mayoría situado sobre la peatonal de Posadas, el equipo de investigadores -altamente intoxicados con chipa- terminaba en la costanera de cara a los autos y peatones también chipeados. “Están todos chipeados, y si bien esta es una impresión subjetiva pronto vamos a comprobarlo”.

Los investigadores cuentan con fondos del CEDIT y actualmente se encuentran en la etapa de armado de la muestra y planificación del trabajo de campo. Estiman que para mediados del 2008 estarían finalizando su importantísima investigación.

Un culo bien educado





Dicen que la importancia o significado de un minuto depende de que lado de la puerta del baño estemos. Esto se resuelve de manera sencilla si uno vive solo o tiene una familia pequeña. La cosa se complica cuando todavía se vegeta bajo el yugo familiar y se tienen más de 5 hermanos. En este caso hay que acostumbrarse a sacar número, esperar turno, y a apretar bien las nalgas.
Con el tiempo, el organismo se acostumbra y fija ciertos horarios. “Yo voy siempre a la misma hora, como un relojito”- se suele repetir en esas conversaciones sobre filosofía de tocador. Si se es regular, todos los días a la misma hora recibimos el llamado del inodoro y nos entregamos al placentero ritual –cuando no se tiene hemorroides o se está seco de vientre- de eliminar los desechos sólidos. Para hacerlo, en general preferimos el baño de nuestra casa, lugar que para algunos puede representar mucho más que un simple “desechadero”. Para los hombres en particular es una especie de santuario Zen o templo budista, en el cual se puede leer, pensar, reflexionar sobre la vida y hasta alcanzar el nirvana. Es un espacio privado que vamos moldeando de acuerdo a nuestro carácter rectal. De allí que si estamos fuera de casa, muchas veces nos aguantamos hasta llegar a la “entrañable” morada.
La influencia monopolista de nuestro baño es tan fuerte que sentarnos en baños públicos nos cuesta horrores. Es como traicionar a nuestro mejor amigo. Puede parecer muy burgués, pero ya sea en una estación de servicio, la facultad, una oficina pública o la terminal de ómnibus, la idea de pasar un tiempo sentado sobre una taza popular de dudosa- generalmente inexistente- limpieza, en la que cientos –y tal vez miles- de personas han excretado lo suyo, no resulta muy seductora. Además, estos escenarios suelen estar todos meados, cagados y con papeles usados por todos lados (los basureros siempre rebosan). Pero lo cierto es que cuando nos “apuran las tripas” somos capaces de sentarnos en cualquier lado. Aunque hay personas que pueden llegar a niveles inimaginables. Se aguantan dos o tres días tranquilamente (en un campamento de fin de semana en Ituzaingó, o semana santa en San Ignacio, por ejemplo) como si no les molestara suprimir esa necesidad fisiológica o simplemente se olvidaran de ella por unos días. Luego nada más la dejan retornar a su ciclo habitual, aumentando las visitas al inodoro. “La clave es comer poco y pensar que pronto volveremos a casa” –señalan algunos expertos.
También resulta raro hacerlo en casa ajena. Si somos bien educados según el fundamentalismo kistch, nos aguantamos y listo, sobre todo si se trata de gente que recién conocemos. Justamente, tener un “culo bien educado” pasa por no hacerlo en cualquier lado y a cualquier hora. No obstante, a medida que nos acostumbramos a los lugares (casa de amigos/as, novio/s/a/s, amantes, suegros, parientes en general, trabajo, escuela, facultad, etc), particularmente nos vamos acostumbrando al baño, como si lo fuéramos aceptando, hasta que finalmente nos soltamos, nos dejamos ir por el desagüe ajeno, y poco a poco el culo se nos va deseducando. A veces el proceso no es tan lento, y a falta de costumbre uno sencillamente no puede retenerlo más. Entonces no nos queda otra que aceptar que se nos deseduco el culo.
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