Otra realidad misionera y parte del mismo todo en el que estamos inmersos los misioneros sin ser conscientes o sin querer ser conscientes de que nuestra vida transcurre acá, en medio de papeleras, represas, dengue, leishmaniasis y fiebre amarilla -y quién sabe que otra enfermedad más-. No está en el noticiero de TN, ni de TELEFE o cualquier otro canal que "informa" sobre la vida en las grandes urbes. Es como si todo transcurriera en otro lado mientras por acá las cosas son muy simples, "no pasa nada", todos son -somos- "buena gente", y lo feo es de afuera o culpa de los paraguayos. Pero esto está jodido desde hace rato. La prostitución infantil, el contrabando y los ajustes de cuentas, la venta de bebés, las drogas, la explotación de mujeres en prostíbulos clandestinos -visitados asiduamente por políticos y miembros de la elite- son contracaras de la cómoda ingenuidad confiada que caracteriza el imaginario social de los habitantes del "interior", y que tan bien han sabido aprovechar los empresarios de la marginalidad.
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