El viernes fuimos a ver a Dancing Mood al Montoya, un show sin desperdicios. Mucha prolijidad, virtuosismo y profesionalismo en el escenario. La pasamos muy bien y el Hijo se portó de maravillas. Pudimos ver a Hugo Lobo liderando y dirigiendo todo con simples movimientos de cabeza. Realmente un maestro el tipo. Hacia el final del espectáculo y después de que se sintió un humito dulzón, la gente no aguantó y se mandó al frente del escenario para bailar y hacerle el aguante al grupo.
De Escafandra no hay mucho que decir, todavía les falta. Nos quedó la impresión de que más que una banda se trata de un solista acompañado por otros músicos.
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