El domingo nos crucifica semana a semana, nos aliena al tiempo que un cuervo se devora nuestro hígado. Existir el domingo es sufrir la semana mentalmente y torturarse pensando en todo lo que no hicimos y nos hubiese encantado hacer el fin de semana. Tal vez el máximo anhelo sea pasarla lo mejor posible, vivir intensamente como si de ello dependiera nuestra felicidad y en hacerlo se nos fuera la vida. Consumirse a uno mismo es una forma de alejarse del tiempo aún concientes de que en algún momento el cuerpo nos va a pasar factura.
ACLARACIÓN: no somos españoles, ni admiramos a los españoles, ni somos oligarcas que ansían ser europeos. Lo queríamos remarcar por si alguno se está preguntando por qué ponemos tantas cosas hechas en españa o por españoles.
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