Crisificados: los esclavos militantes de Duarte

Hoy mientras muchos aprovechámos para quedarnos un rato más en la cama y saborear entre sueños las reminiscencias de la semana santa -con un pensamiento consumista puesto en un huevo de pascua-, los empleados de Vialidad Provincial, al mando de Duarte, tuvieron que ir a preparar chocolate y repartir dádivas en uno de los tanto barrios periféricos de la ciudad de Posaá. En el arranque de la temporada de campaña política, como ejércitos de reserva, los empleados públicos -los mismos que llevaron a Franco a la intendencia- se convierten en militantes obligados por un contrato basura, a prestar servicios un domingo a la mañana -o cuando sea- ante la amenaza implícita de que si no van se quedan sin trabajo. Son las nuevas formas de explotación y esclavitud del siglo XXI que van de la mano de la democracia. Alfoncho no va a dejar de revolcarse en su tumba por mucho, mucho, pero mucho, tiempo. La necesidad para unos, la corrupción y el enriquecimiento para otros. Lo decimos nosotros en solidaridad de voces con los que piensan y sienten que no les queda otra.