En el "Viejo Pinar" -que por cierto, concluímos se debe llamar así por la cara "jovial" de los mozos- vimos en la carta un "tanque" de cerveza y nos ilusionamos. Al final no era el barril alpino que nos imaginábamos, pero si un choppote. Si embargo, a los pocos segundos dejamos de lado la indignación de la gatuna venta y nos enfrentamos a sorbos a semejante desafío.
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