Una vez más está circulando por correo la propuesta de hacerles un boicot a las empresas de telefonía celular para que bajen los precio del servicio. El mail en sí es medio malo pero la intencionalidad de la propuesta es buena ya que propone tomar conciencia sobre nuestro papel como consumidores, y de la posibilidad de inlfuir en el precio de los productos y/o servicios con solo abstenernos de su consumo. Es como el caso del tomate. La idea es apagar los celulares (en lo posible) y no hacer uso del servicio durante dos días, el 1 y 2 de noviembre, para obligar a las empresas a reducir el costo del servicio de llamadas en un 50%, y en un 90% el costo de los mensajes de texto. Sumarse a este denominado PARO de usuarios puede servir además para medir el grado de adicción que tiene cada uno del telefono celular en sí, como objeto fetiche o aparatejo del demonio. Por dos días sin celular seguro nadie se va a morir, a menos que se trate de una urgencia/emergencia o de esas malas jugadas del destino. Obviamente, si estás complicado prendé el celular, tampoco es cuestión de jugarse tanto por la causa. Aparte, hay otras formas de comunicarse, como el chat, el correo electrónico, el skype, la paloma mensajera y por qué no el olvidado teléfono fijo (que al fin y al cabo es mucho más barato y directo que andar jodiendo con mensajes). Usémoslo de vez en cuando. Por último cabe preguntarse, ¿cómo se comunicaba la gente antes sino?
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