Hace unos días frescos en pleno diciembre, se nubla de la nada y llueve de golpe, de la extrema sequía pasamos a las inundaciones y tormentas tipo tornados que se llevan los techos a la mierda. Los árboles florecen fuera de época como si estuvieran desorientados -es cuestión de recordar los mangos en invierno, no más para tener una idea-, los glaciares se derriten y aumenta el nivel del mar, cada vez hay más gente, más autos y menos lugares habitables en el mundo, se habla compulsivamente de la falta de agua y de la futura guerra por ella, de los desatres naturales y el fin del mundo -hay que ver las largas colas en el cine de Posaá para ver 2012-. Como para nombrar solamente algunas de las cosas que se vienen dando. Cosas (o sucesos) que la gente reduce a una expresión muy simple, exclamativa, de pocas palabras: che... ¡qué loco el tiempo! ¿no?
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