La gente acudió puntual a la cita y a las 20hs la banda ya estaba probando el sonido. Lamentablemente la prueba se extendió hasta las 22:30hs aproximadamente.
Fuera del club los pibes y pibas le daban duro a la birra y el faso. El humo dulce venía de a ráfagas, acompañado por los cánticos que recordaban a "Korneta" y agitaban la fresca noche del domingo. Junto a una de las ventanas laterales, cercanas a la entrada, charlábamos sobre la cultura local y otros temas recurrentes como la falta de espíritu rockandrollero y la supremacía cumbiera y bolichera en esta ciudad.
Fuera del club los pibes y pibas le daban duro a la birra y el faso. El humo dulce venía de a ráfagas, acompañado por los cánticos que recordaban a "Korneta" y agitaban la fresca noche del domingo. Junto a una de las ventanas laterales, cercanas a la entrada, charlábamos sobre la cultura local y otros temas recurrentes como la falta de espíritu rockandrollero y la supremacía cumbiera y bolichera en esta ciudad.
La policía llegó sobre la hora de entrada y se puso a "arriar" a la gente de las veredas de enfrente. Seguramente los vecinos se quejaron del meo y el griterío. La gente se amontonó en la puerta en una fila ancha y los policías y la gente a cargo de la seguridad se encargaron de tranquilizar a los pibes que agitaban muy ansiosos por entrar, "el policía está gordo, no va a poder correr", se escuchó varias veces hasta que el silencio del orden imperó en la puerta.
El ingreso al club no demoró nada y una media hora después los gardeles estaban en el escenario. Arrancó la fiesta con mucho pogo y después del tercer o cuarto tema Eli (cantante de la banda e hijo de Korneta) tuvo un altercado verbal con alguien del público. El ambiente se puso algo tenso, con seguridad corriendo hacia el escenario y espectadores que queríamos que el show continuara. Aclarada la situación la fiesta gardeliana siguió su curso. "Todas la venimos peleando pelado", remató Suarez.
Para bien o para mal (para mal seguro) era domingo y pasadas las 24hs del lunes nos volvimos a nuestros encierros de instancia previa a la jornada laboral. Al salir bordeamos a un grupo de chicas que sentadas en ronda en la vereda fumaban algo, compartían un degollado y cantanban las canciones. Desconcertadas nos miraron y una se animó a comentar, "tan temprano se va la gente".
A los zombis también le gustan Los Gardelitos
El bajista no se quedaba quieto así que salió movido en casi todas las fotos
La tela del fondo del escenario le dio otro ambiente al espectáculo. Nada que ver con el Unión el año pasado.
Algunas banderas que se colgaron, los pibes del oeste en nuestro contexto local serían los de Villa Cabello.
Las espaldas de la gente
La prueba de que fue en el Huracán
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