martes, 21 de febrero de 2012

Agregados

Un amigo me contó alguna vez que las inscripciones en la escalera de su edificio de un barrio de iprodha de Posaá, que con tanto esfuerzo pintaban los vecinos, se terminaron cuando a los nombres que la pendejada (y gurisones de mierda) dejaban escritos en la pintura fresca le agregaban adjetivos calificativos como trolo, puto, puta, maricón,  lagarto, guampudo/a, etc. 

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