miércoles, 19 de marzo de 2008

Semana chanta

Aumenta la chipa, porque aumenta el almidón, siguiendo al aumento del alquiler de los talleres del acaudalado apóstol Pablito, y así, la cadena productiva sigue su curso. “La casa ‘ta ordenada” dice el tío bigotudo que recién llega de un acto carismático en la plaza. El hijo no sabe qué inventar en semana santa, si hacer huevo o si hacer como los conejos. Pasa que la programación de los canales que le da su pobre antena de tacuara es muy similar a la de años anteriores, con grandes éxitos como Barrabás, Ben Hur y Moisés. El hijo bosteza, y aparte le queda una espina de pescado en la muela. Aparte, el milagro de la transferencia lo tiene un poco trastornado, ya que anda tardando como tres días en ocurrir (los creyentes se amontonan en las paraditas, orando para poder ser transportados en masivo y sudoroso éxodo) Así que mejor que el hijo se ponga a buscar cosas más vitales para el espíritu, como hacerse casi rico en el bingo barrial (esto incluye chantaje extorsivo a los vecinos deudores); calcular cuánto están robando los supermercados con un huevo de chocolate de menos de un kilo pero que vale casi lo mismo que una media res vacuna; prender la cocina a leña con el resto de hojas secas que no consiguió vender para el domingo de ramos( aunque insistió en cada semáforo que pudo) y comenzar una nueva maratón de degustación chipística en casas ajenas. A veces estas mini-vacaciones repentinas son un poco más excitantes de lo que creíamos.

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