lunes, 24 de marzo de 2008

¿Un feriado más?

A diferencia de otros feriados hoy rememoramos el último golpe de Estado producido en la Argentina. Es el feriado de la memoria ¿Por qué? Porque aquello que uno olvida corre el riesgo de repetirlo. El 24 de marzo de 1976 los militares tomaron el poder por la fuerza una vez más e instauraron la disctadura militar más sangrienta de nuestra historia. No vamos a discutir aquí la teoría de los dos demonios ni a equiparar responsabilidades, eso se lo dejamos a los politólogos. Simplemente queremos repudiar la acción del Estado contra la población y la violación de los derechos humanos fundamentales, porque concideramos que nadie, sea civil-revolucionario o militar-golpista, tiene el poder de decidir sobre la vida de los demás ni sobre las ideas, las formas de pensar o concebir la realidad.
Este feriado se vive distinto, para algunos es un festejo del Nunca Más y la reivindicación de los derecho humanos y políticos, para otros una oportunidad de quedarse en casa y no ir a la escuela o a trabajar, y para los fachos de extrema derecha un verdadero desperdicio.
Tal vez les haya pasado al preguntar a sus padres sobre cómo vivieron en esos tiempos, que no recuerdan a ciencia cierta nada significativo además de la constante presencia de los militares en las calles y las sirenas por la noche. Es como si la vida en Misiones siguiera como si nada pero con más accionar armado, nada más. Por ahí comentan que se llevaron a alguno de sus compañeros o a un vecino, pero con mucha vaguedad. Es como si todavía reinara el miedo o la gente anulara ese período, lo bloqueara. Como un trauma muy grande que solo se soporta si se olvida o niega ¿Tan fuerte fue el mecanismo instaurado que hasta en la actualidad todavía sigue funcionando? ¿Tan fuerte a calado el "no te metás" y el "algo habrán hecho" que todavía hoy se siguen ocultando cosas por miedo? ¿Será la sensación de complicidad circunscripta o es el enano fachista que presiona desde dentro?
Les recomendamos la lectura de "Cosechas de Injusticias" del balero Torres -de cuando era radical- que aunque su autor no sea el investigador más avezado en la materia ni muy apreciado por sus arrumacos políticos -se pasó a la renovación y fue presidente del IPLyC-, el libro reconstruye la formación del MAM (Movimiento Agrario Misionero) y su lucha, y reune testimonios de personas que fueron privadas de su libertad y torturadas con saña en distintos centros de detención clandestina que funcionaron en la ciudad de Posadas -como la policía federal y el rotary club por la calle Ayacucho- y el interior de la provincia de Misiones.

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