Ya no podemos decir que un "nuevo escándalo" toca las puertas del catolicismo y que la homosexualidad (o simplemente "una condición sexual activa", para ponerlo en otros términos) de (muchos de) los sacerdotes católicos sea un secreto bien guardado. Lo que se pone en cuestión no es la condición sexual de estos hombres de Dios, sino la hipocrecía de la Iglesia de pretender la divinidad por sobre la condición humana de sus representantes y seguidores. La revista italiana Panorama publicó una nota sobre la doble vida de curas romanos, quienes de día cumplen su función como cualquier cristiano y noche dan rienda suelta a los placeres de la carne... como cualquer cristiano. Lo interesante es como estas cosas, independientemente del contexto actual en la Argentina, mueve el morbo de la gente. Según la Iglesia, estos sacerdotes con doble vida, "no han comprendido lo que es el sacerdocio católico", es decir, tirar la piedra y esconder la mano.
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