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El quinto hijo todavía anda por ahí -y va a seguir andando aunque sea con rueditas- hinchando las bolas. Los últimos ejemplares subsisten en el estudio de tatuajes de Fito, que por esta semana va a contar con servicio de
piercing. Así que si alguno/a anda con ganas de comprar un hijo y/o
perforarse alguna parte de
su cuerpo nada más tiene que darse una vuelta
por ahí. El Hijo Bobo quería ponerse uno en la ceja pero
no le dejamos, sus
tutores somos muy estrictos y
tradicionalistas.
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