viernes, 28 de septiembre de 2007
"Escenario político misionero"
lunes, 24 de septiembre de 2007
EL Hijo Bobo visitó Puerto Iguazú
El Hijo Bobo anduvo paseando por la cosmopolita ciudad de Puerto Iguazú. Se quedó sorprendido con su dinamismo; ese constante fuir de personas de diferentes nacionalidades hasta le inquietó un poco. Eso sí, precios elevados -muy elevados, $15 un Michael Torino, ¡para caerse de culo!-y una increíble cantidad de brasileros. La vista de las tres fronteras simplemente alucinante, un poco sucio y descuidado el lugar pero el paisaje cautivante. Y no hay que olvidarse de los hippies, que a esta altura, forman parte del paisaje autóctono.
Pero al Hijo Bobo no todo le pareció maravilloso. Hubo algo que le llamó la atención de una manera diferente. En la puerta de los hoteles notó unos personajes desfachatados, sucios, muertos de hambre, vendiendo artesanías y pidiendo "moneditas". "Estos no son hippies", le explicaron más tarde, "son los antiguos propiestarios de estas tierras, los originarios", le dijeron. "Seguramente habrás notado lo felices que están, es que ELLOS son los más beneficiados con el crecimiento del turismo, son una fruta exótica para los turistas, quienes se desesperan por comprar sus productos". Entonces el Hijo Bobo se alegró por estas personas tan afortunadas, al tiempo que unos turistas franceses miraban con indiferencia -y hasta con cierto desdén- a un grupo de Guaraníes que se inquietaban por ofrecerles su "cultura" y "su historia" frente a un populoso hotel.
Al final, el Hijo Bobo se quedó con la -paradójica- sensación de que en Puerto Iguazú, todo parece compensarse con la atención "for export".
viernes, 21 de septiembre de 2007
Pendeja endemoniada
sábado, 8 de septiembre de 2007
De marquesinas y de marketing
miércoles, 5 de septiembre de 2007
El Chori Sex: otro gran invento argentino
La clave, señalan los estudiosos del marketing, está en diseñar los productos acordes a las necesidades del mercado, que por cierto son muy cambiantes.
Los empresarios argentinos no son ajenos a esta realidad, y desde la convertibilidad les ha quedado claro que si no tienen poder político (o sea: referentes, amigos, compinches, amantes, esclavos, u alguna que otra variable de la degradante corrupción política allegada a sus bolsillos) para llegar a algún acuerdo de sobrevivencia o enriquecimiento ilícito, simplemente van a la quiebra, o sea, se van al carajo, vacían las empresas y los trabajadores que vayan a militar con Castels.
Es por ello que el sector empresarial argentino ha apostado muy fuerte a la cuestión de la innovación: tecnología, recursos humanos, responsabilidad social, competitividad internacional, etc. Un buen ejemplo de ello son los que se dedican al rubro tal vez más disfrutado por los argentinos: la prostitución. "Los travestis fueron la novedad en su momento pero ahora la cosa está cambiando, los clientes se aburrieron de tanto trabuco suelto en la calle y la televisión", señala Don Mario, uno de los cafishos más arriesgados a la hora de tomar decisiones innovadoras en lo que respecta al puterío. "Lo que hicimos fue combinar dos productos básicos de la cultura Argentina: el choripan, más conocido en las grandes urbes como el ‘chori’, y la ‘fellatio’, es decir el popular ‘PETE’"- comenta el empresario del puterío "El Churrascazo", ubicado al costado de una de las tantas rutas nacionales, y que comúnmente es frecuentado por viajantes, camioneros y policías locales.
El "choripete" es sin lugar a dudas una idea única, que debido a su gran aceptación se está extendiendo rápidamente a todo el país. La fórmula del éxito estaría dada por la singular combinación “culinaria-sexual”, que tradicionalmente juega con las representaciones más antiguas de la cultura nacional argentina.
Quienes se dedican a este tipo de negocio, no descartan la posibilidad de nuevas innovaciones y combinaciones que satisfagan el "apetito" de los clientes. "Estamos pensando en cosas como el ‘morcipete’ o la ‘mollejera’, pero todavía son prototipos que hay que probar si tienen aceptación en el mercado"-concluyo Don Mario, quien asegura que para tener una parrilla de este tipo y brindar un servicio de calidad no hace falta una fuerte inversión, ni secuestrar pendejas, engañar a misioneras y/o paraguayitas, o coimear a la policía, sino tener una buena mano para la parrilla, pero sobre todo, un buen proveedor de chorizos y un par de señoras que necesiten paladar.
En la próxima entrega: "7 claves para tener un Chori Sex exitoso"