viernes, 12 de junio de 2009

Más circo

Se acaba de (re) inaugurar la Plaza 9 de Julio de Posaá, ubicada –para los que no conocen- frente a la casa de gobierno. Apodada la rosadita por los políticos chupa medias con aspiraciones presidenciales o con fantasías presidenciales, el día de hoy, esta vapuleada institución pública -que hace tiempo dejó de ser el lugar desde donde se gobierna- fuertemente custodiada por la policía, se transformó en un centro de pirotecnia renovadora –probablemente clandestina o de la placita recontra sobrefacturada- que alimentó la pasión populachera de la gente que se amontonó para escuchar las medias palabras de tripa gorda que terminó por decir que la plaza no es de nadie –en realidad es del petiso, como el centro del conocimiento- y que por eso es de todos, y que todos tenemos que cuidarla. Casi un discurso escolar, de instrucción. El resto fueron todos anuncios preelectorales –fieles al estilo cristinesco- y afirmaciones vehementes de que Misiones es la capital del conocimiento, porque tiene un centro con este fin; que es la capital de la energía, gracias a la buena gente de yaciretá (y las represas que están en camino); del turismo, porque él tiene un hotel. Nada más le faltó agregar “de las costaneras”.
Con un ímpetu megalomaniático, que nos recuerda ese episodio de futurama en el que Bender quiere que el mundo (o el universo) lo recuerde, los gobernantes misioneros se embarcan en obras y obras millonarias cuyos sobreprecios juegan con la credulidad e ingenuidad de los ciudadanos. El tuneo de la plazo constó 12 millones de pesos, empleados para cambiar las baldosas, hacer esa boludés de los chorros de agua y adoquinar las calles circundantes, cambios (o modificaciones paisajísticas) que al fin y al cabo dejaron a la plaza casi igual (sino igual). Primero dijeron 6, luego con lo del mundo subterráneo que planeaban hacer abajo y nunca hicieron se fue a 9, y después redondearon ya sin excusa alguna, total...
Con una política de pan y circo (mucho más circo por supuesto), fuerte clientelismo y persecución política, se está consolidando un modelo de gobierno que raya lo dictatorial, y que se hace llamar la renovación (la cantidad de colectivos de casimiro usados para acarrear a la gente, estacionados sobre la calle Junín, fue impresionante). Esta corriente (con fuerte sustento filosófico de puntero de barrio) tiene a mucha gente agarrada de las bolas y el estómago, mediante planes sociales, puestos de trabajo con contratos basura, y provistas varias.
La inauguración de la plaza 9 de julio pone en evidencia el circo y el poder político que detentan estos seres alejados desde hace tiempo de este mundo en el que vivimos los que trabajamos, estudiamos, pagamos cuentas, pagamos impuestos, sobrevivimos, etc., etc.
Todo parece indicar que siempre y cuando se alabe al buen dios ROVIMAURI, un ser amorfo demasiado pretencioso y codicioso para nuestro gusto, vamos a crecer más y en paz (ese eslogan pelotudo que no se cansan de repetir) sino estamos condenados a la hoguera. Los que se callan la boca, cooperan, trabajan y apoyan al partido se quedan, los que no mejor vamos pensando en como cruzar la frontera...

1 comentario:

  1. que feo ver como el dinero de los impuestos que pagamos nosotros se esfuma en fuegos artificiales para entretener a la plebe

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