Cuando "Clericó con Cola" comenzó a sonar en las radios y Marixa Balli irrumpió de pronto en la tv argentina meneando su tremendo culo junto a Gustavo Clericó, el viejerío más moralista (e incluso los no tan moralistas) puso el grito en el cielo.
Era demasiado obsceno para ese entonces, pero ahora... después del fenómeno show match con toda la exposición de carne y plástico, hasta parece un antecedente inocente de los que estaba por venir. La exhibición de tetas y culos y por supuesto el voyeurismo nuestro de cada día, son parte de la cultura argentina. Es raro encontrar en programa de televisión o una revista donde no haya culos y puterío polinesco.
Era demasiado obsceno para ese entonces, pero ahora... después del fenómeno show match con toda la exposición de carne y plástico, hasta parece un antecedente inocente de los que estaba por venir. La exhibición de tetas y culos y por supuesto el voyeurismo nuestro de cada día, son parte de la cultura argentina. Es raro encontrar en programa de televisión o una revista donde no haya culos y puterío polinesco.
La tapa del casette con esa actitud de súplica es representativa de la adoración (que tenemos los argentinos) del culo, es más hasta podríamos hablar de San Culo. Un santo cachetón que se está ganado a las nuevas generaciones con su pomposo y descarado encanto (tiemblan las grandes religiones). La analidad lo acompaña y los chicos de hoy no sienten vergüenza de mostrar sus alabanzas y pedir, por supuesto, siempre pedir...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario