"¿Sos el último prócer del heavy metal? Sí, ser un prócer es tener perseverancia y lograr tener buenos amigos y muchos enemigos, entonces soy un prócer. Pero ni me interesa." (Osbaldo Civile. Entrevista publicada en el suplemento No del jueves 4 de abril de 1996, realizada por Fernando D’Addario)
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1) Pogo frenético con la banda soporte.
2) Salto del escenario sobre los tres o cuatro que estaban medio cerca. Plancha al piso.
3) Manotazo de ahogado al bajo y cuelgue de las cuerdas. Separación violenta de parte de un plomo. De vuelta al piso.
4) Caballito al hombro de otro etilizado. Golpe en la parte posterior de la cabeza y arrastre fuera del pogo por amigos preocupados.
5) Vuelta al pogo y revolcada hasta abajo del escenario entre los cables. Rerscate de amigos.
6) Pogo groso con Horcas en el escenario. Mucho canto y recuerdos juveniles de V8.
7) Civile vuela sobre la gente y lo llevan de un lado para otro. Se queda en el pogo y todos van a abrazarse con él. Mucho llanto macho heavy descontrolado y fanátizado. Coros y coros de hit de Horcas y clásicos de V8. Piel de gallina.
8) Búsqueda de la campera de jean con parche de Megadeth.
9) Charla apasionada con metalera del interior que había cuidado la campera desde el ingreso al club. Corto para el encare por la sensación de patetismo por el espectáculo brindado.
10) Domingo en cama con una resaca de puta madre, sin recuerdos de vómito y la esperanza de volver a verla en algún recital próximo. Nunca se dió.
"¿Qué significa para vos ser heavy? Yo nunca fui heavy. Soy una persona que trató de vivir de una manera de la que me pudiera sentir orgulloso, o al menos, que no me hiciera sentir una mierda. Pero si hubiese tenido al lado una persona derecha y hoy tuviera guita, no sé. Quizás me compraría una casa, me aburguesaría, y sería otro, pero yo soy así... Sí no me trae éste (señala a un compañero de Horcas) no puedo venir ni a la sala de ensayo, porque no tengo un mango. Creo que ése es el fundamento para que sea el mismo de siempre." (Osbaldo Civile)
Osvaldo Civile se suicidó el miércoles 29 de abril de 1999 de un balazo en el pecho y sus restos descansan desde el lunes en el cementerio de Pablo Podestá, en el oeste del Gran Buenos Aires. Cada vez que veo un licor Mariposa me acuerdo de aquella noche y me da un poco de nostalgia pensar en lo que fue y todo lo que se ha quedado por el camino.
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