Como era de esperar,al verla por primera vez, el resto de los tutores no pudimos evitar pensar que ella sería la Yoko Ono del Hijo Bobo y le dirijimos una mirada amenazante... pero al medio minuto nos rendimos ante su gatuno encanto y sus piruetas de sillón en sillón. Bienvenida Pochola a la familia boba.
Al final, el séptimo hijo no fue ni varón ni lobo, pero si nos salió una linda micha.
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