El heavy metal desde siempre ha sido catalogado de satánico por el imaginario popular a pesar de que entre sus huestes abunden los creyentes como en cualquier otro círculo humano. El color negro, los pelos largos, las tachas, las voces guturales, indefectible y paradójicamente se asocian al coludo (ese que en semana santa va a andar dando vueltas entre nosotros), los rituales satánicos y todo tipo de excesos. Y si bien existe el metal satánico también está la corriente de metal cristiano. Sin embargo, al parecer es difícil pensar que alguien vestido acorde a las convenciones sociales sea un adorador de satanás, como así también para el sentido común, es casi imposible imaginar a un heavy cantando y adorando a Jesús. Simplemente no le cabe en la cabeza a la gran mayoría de la gente. Hoy por hoy, un grupo de aficionados en Inglaterra ha comenzado un campaña a través de Facebook para que el rock duro sea reconocido finalmente como religión. Lo que se prentende es destacar la fe heavy, lo que en cierta forma no sería lo mismo que la fe en Dios. Por otro lado, en Colombia se creó una Iglesia (podríamos decir) "para fieles heavys", que tiene su propia banda y cuyo pastor es el batero de dicha banda. Pantokrator, que en griego significa todopoderoso, abre sus puertas los días miércoles y los sábados durante toda la noche. Cristian García lo explica en este video:
Ahora bien, algunos metaleros sostienen que el metal es un movimiento, un estilo de vida y sobre todo ideología, y tratar de darle el marco institucional de iglesia o religión va en contra de sus principios básicos antisistémicos. Obviamente, queda abierta la discusión.
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