Distinción dialéctica:
Anitsirc (CK) es una chica cosmo, todos los sabemos ya. Pero hay algo que deberíamos distinguir: entre la política hacer política y politiquería. Lo que parece un juego terminológico es, en realidad, una bolsa en la que se meten indistintamente diversas prácticas sociales. Dejemos el término política de lado, cuya descripción nos llevaría a otros lugares más complejos y centrémonos en lo accesorio… Así, si a algún infradotado de esos punteros trepadores, ágiles monos del embolsillamiento de fondos públicos se le ocurre decir “yo hace 4 años que hago política”, lo que está diciendo, en verdad, es que hace cuatro años que se dedica a lamer y sobar el culo de los poderosos, a gastar y gastar palabras que irán contra la pared de la nada o, lo que viene a ser lo mismo, hacia beneficio personal o hacia planificar fidelidad política por sobre la discusión y el diálogo. Evidentemente, aquí estamos en presencia de una politiquería. Dicho personaje se dedica, la mayor parte del tiempo, a quemar palabras en pro de un chusmerío pueril que se ejerce con el propósito de hacer sucumbir a aquellos que vienen un poquito más abajo que él o a utilizarlos para beneficio propio. También, hacer política, implica, a través de las palabras de este personaje (siempre a través de las palabras) organizar asados y salidas con el propósito de empomarse a alguna secretaria incauta, esas que enmudecen, tiemblan y abren sus piernas en base a relaciones de poder.
Bueno, Anitsirc, hace lo propio también cuando viene a posaá. Inaugura viviendas sin luz ni agua, dice pavadas, arenga desde el estrado con su autoritarismo típico, y moviliza una masa de gente y de capital económico al pedo, el cual bien se podría utilizar para otras actividades sustantivas cultural y económicamente hablando. Combis burdas que llevan gente, paranoias atemorizantes para los empleados públicos, disputas que ya ni siquiera pueden jactarse de ser ideológicas. Mecanismo de control, en definitiva, que tienden puentes para movilizar energías dispersas….Esto es politiquería gente, esto es un resabio, un discurso fofo que no deberíamos comernos más….es la politiquería del miedo y la consolidación hegemónica a través de la generación de la nada y la degeneración de los fondos públicos… ¿Qué carajo fue ese acto no hace mucho sino esa burda representación de la Nada pingüinesca? La pregunta aquí resulta evidente: ¿por qué, gente, si una gran masa poblacional reconoce estas estrategias del poder, se burla de ellas incluso, sigue sosteniendo con su praxis el statu quo? No es el momento de tentar respuestas, pues desembocaríamos en otros territorios, basta plantearla nada más para vislumbrar las bases y las superestructura, y notar que el sostenimiento hegemónico no viene de arriba hacia abajo, sino que también parte desde lo micro, desde las bases que sustentan dicho poder…
Anitsirc (CK) es una chica cosmo, todos los sabemos ya. Pero hay algo que deberíamos distinguir: entre la política hacer política y politiquería. Lo que parece un juego terminológico es, en realidad, una bolsa en la que se meten indistintamente diversas prácticas sociales. Dejemos el término política de lado, cuya descripción nos llevaría a otros lugares más complejos y centrémonos en lo accesorio… Así, si a algún infradotado de esos punteros trepadores, ágiles monos del embolsillamiento de fondos públicos se le ocurre decir “yo hace 4 años que hago política”, lo que está diciendo, en verdad, es que hace cuatro años que se dedica a lamer y sobar el culo de los poderosos, a gastar y gastar palabras que irán contra la pared de la nada o, lo que viene a ser lo mismo, hacia beneficio personal o hacia planificar fidelidad política por sobre la discusión y el diálogo. Evidentemente, aquí estamos en presencia de una politiquería. Dicho personaje se dedica, la mayor parte del tiempo, a quemar palabras en pro de un chusmerío pueril que se ejerce con el propósito de hacer sucumbir a aquellos que vienen un poquito más abajo que él o a utilizarlos para beneficio propio. También, hacer política, implica, a través de las palabras de este personaje (siempre a través de las palabras) organizar asados y salidas con el propósito de empomarse a alguna secretaria incauta, esas que enmudecen, tiemblan y abren sus piernas en base a relaciones de poder.
Bueno, Anitsirc, hace lo propio también cuando viene a posaá. Inaugura viviendas sin luz ni agua, dice pavadas, arenga desde el estrado con su autoritarismo típico, y moviliza una masa de gente y de capital económico al pedo, el cual bien se podría utilizar para otras actividades sustantivas cultural y económicamente hablando. Combis burdas que llevan gente, paranoias atemorizantes para los empleados públicos, disputas que ya ni siquiera pueden jactarse de ser ideológicas. Mecanismo de control, en definitiva, que tienden puentes para movilizar energías dispersas….Esto es politiquería gente, esto es un resabio, un discurso fofo que no deberíamos comernos más….es la politiquería del miedo y la consolidación hegemónica a través de la generación de la nada y la degeneración de los fondos públicos… ¿Qué carajo fue ese acto no hace mucho sino esa burda representación de la Nada pingüinesca? La pregunta aquí resulta evidente: ¿por qué, gente, si una gran masa poblacional reconoce estas estrategias del poder, se burla de ellas incluso, sigue sosteniendo con su praxis el statu quo? No es el momento de tentar respuestas, pues desembocaríamos en otros territorios, basta plantearla nada más para vislumbrar las bases y las superestructura, y notar que el sostenimiento hegemónico no viene de arriba hacia abajo, sino que también parte desde lo micro, desde las bases que sustentan dicho poder…
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