lunes, 21 de julio de 2008

¿Fe de erratas?

Cioran diría algo así como que nada más razonable que arrastrarse al margen de los acontecimientos. En efecto, pensar a la amistad desde el trivial provincianismo del cursi saludo, ignorando la autoimpuesta mercadotecnia no deja de tener un sesgo de trivialidad, miopía, superficiabilidad y chantaje alienista. Todas las festividades tienen ese rasgo comercial, maquínico de la gran industria cultural, el marketing, los impactos publicitarios y la necesidad de inyectar “circulante” al abultado bolsillo de los comerciantes, a santo de qué negarlo si la obviedad lo hace evidente (es duro el trabajo con lo obvio diría Pizarnik). La idea –siempre- es burlarnos un ratito de la pluralidad (unívoca) de mensajes que pueblan el Internet, las casillas de correos, y el día a día de nuestras babeantes vidas en el ciber espacio, recomendaciones que buscan exaltar con grandes dosis de abstracción idealista y romanticismo tele novelesco la complejidad de las relaciones humanas, ligadas a la amistad, el amor, la espiritualidad y la familia. Nada más lejano a nuestro blog que subestimar a nuestro público. El Hijo Bobo, precisamente por ser “bobo”, a veces pierde la noción de la crítica “punzante” y se “aggiorna” al sistema, pero desde otro lugar intenta hacer estallar la sintaxis lógica de la cultura desde el interior de ella –y es que lo sociocultural cala hasta los huesos-. La idea de un personaje irregular es la fuente inagotable de dardos discursivos con los cuales a veces podemos estar de acuerdo; otras sentirnos irritados y algunas decirnos: ¡que boludo! Siempre queda abierta la posibilidad de realizar múltiples lecturas, nadie es dueño de la verdad –y eso va a tener que aprenderlo Cristina-, tampoco tenemos la verdad de la milanesa ni del lomo –tal vez la de la cerveza-, son sólo puntos de vista que operan como disparadores cuyo fin último es provocar una respuesta, una acción que mueva ese maldito punto de encaje costumbrista de su ritualista posición hacia algo menos ingenuo. Cabe preguntarse ¿se puede pensar a la boludez, a la estupidez Light del sistema?

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