Después de haber realizado en estos días un recorrido por las teorías de desarrollo creo que es casi imposible desprenderse de la idea de un modelo de desarrollo integrado, equitativo y con densidad nacional, que recupere la ciudadanía y tienda hacia la inclusión social y la igualdad distributiva. Pero mientras se siga manteniedo, a pesar de las críticas, un modelo orientado hacia fuera (y desde afuera), mono productivo, que no equipare los sectores de la economía y considere al territorio en toda su magnitud y complejidad, es poco probable que se logre un desarrollo sostenido. Asimismo, es difícil pensar en planificar el desarrollo mientras se sigan manteniendo prácticas políticas clientelares y hegemónicas, y rivalidades partidistas por sobre los intereses de la sociedad en su conjunto. Sanear la política y cambian las concepciones y prácticas, es indispensable para dar continuidad a los proyectos de desarrollo en el largo plazo. Tal vez haya aburrido con esto pero de vez en cuando los devaneos se escapan.
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